Hallazgos relacionados a brote de enfermedad manos-pies-boca ocurrido en Paysandú
En Uruguay, se vienen registrando brotes de la “enfermedad manos-pies-boca” desde hace ya algunos años, y las autoridades de la salud han informado oportunamente a madres, padres y a educadores a través de la prensa, sobre medidas de prevención, y la importancia de consultar al médico. Sin embargo, la magnitud del brote ocurrido en Paysandú meses atrás, con la implicancia social que significó en tanto muchos niños perdieron días de clase, y debieron ser suspendidas diversas actividades con el fin de frenar la propagación de la enfermedad, plantea la necesidad de estudiar más en profundidad las características de esta enfermedad, y el impacto que puede llegar a tener en nuestro país.
En los meses de abril – mayo, un brote de una enfermedad viral mantuvo en alerta a la población de Paysandú, al verse afectados más de 170 niños menores de 10 años. La mayoría de los reportes fueron desde instituciones educativas o de cuidado, donde los casos se propagaron rápidamente, llevando a que las autoridades educativas resolvieran cerrar de manera preventiva algunos de estos centros con el fin instaurar desinfecciones exhaustivas de superficies y objetos con los cuales los niños tuvieran contacto.
Se trata de la conocida “enfermedad manos-pies-boca”, la cual se presenta como un cuadro febril, con malestar generalizado, y la aparición de una erupción a nivel de plantas de manos y pies, y/o alrededor de la boca, y en mucosa oral, conteniendo ampollas que pueden ser muy dolorosas. El cuadro dura en promedio una semana, y debilita muchísimo a los niños, sobre todo a los más pequeños.
El contagio es muy simple, ya que se transmiten por la vía fecal-oral, es decir, mediante contacto con materia fecal, o superficies u objetos contaminados con esta, o mediante contacto con el líquido contenido en las ampollas, cuando éstas se presentan. Si bien la mayoría de los casos se resuelven espontáneamente al cabo de pocos días, se han descripto en otras partes del mundo, casos que pueden evolucionar hacia cuadros neurológicos más complejos.
Desde el Laboratorio de Virología Molecular del Cenur del Litoral Norte de la Universidad de la República (Udelar), se colaboró con el equipo de Vigilancia Epidemiológica de la Dirección Departamental de Salud de Paysandú, en coordinación con los equipos de pediatría de la Red de Atención Primaria (RAP) de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) y de la Corporación Médica de Paysandú (COMEPA), así como con la Cátedra de Pediatría de Facultad de Medicina-Udelar, con el objetivo de conocer qué virus fue el responsable de este brote.
Dialogamos con Andrés Lizasoain y Rodney Colina, ambos investigadores del Laboratorio de Virología Molecular-quienes han presentado recientemente resultados preliminares al resto de los colaboradores del proyecto. Dichos investigadores brindaron algunos datos sobre los resultados obtenidos.
¿Cuáles fueron los principales hallazgos del estudio?
Lo interesante que pudimos constatar mediante el estudio de este brote que sucedió en Paysandú, fue que en realidad, no era un único virus que estaba circulando, sino que eran tres virus distintos. Si bien los tres están muy relacionados genéticamente porque pertenecen a un mismo grupo de virus conocidos como Enterovirus Humanos, presentan características propias, que pueden derivar por ejemplo, en diferentes presentaciones del cuadro clínico.
De los casos que estudiamos, (que fueron aproximadamente una cuarta parte de los que se reportaron), la mayoría fueron causados por un virus que se denomina Coxsackievirus A6. Este es un virus que hasta hace unos 10 años, estaba bien caracterizado por generar cuadros de dolor de garganta en niños pequeños, sin embargo desde 2008 cuando se reportó por primera vez como causante de un brote de enfermedad “manos-pies-boca” en Finlandia, se ha vuelto emergente a nivel global, llegando a ser el más frecuentemente detectado en brotes de esta enfermedad en el continente asiático, donde ocurren grandes brotes epidémicos. Ello nos habla de la rapidez con que estos virus evolucionan, y de la importancia de estudiarlos y conocerlos bien a fondo cuando están presentes y circulando en nuestras comunidades.
Desde el Laboratorio ya habíamos reportado a este Coxsackievirus A6 en un brote de “enfermedad manos-pies-boca” ocurrido en el pueblo Belén (Salto) el año pasado. También fue reportado recientemente en Brasil y en Argentina. Pero, las cepas que detectamos en Paysandú y en Salto, que son muy parecidas entre sí, también son muy parecidas a cepas que circularon recientemente en Europa, y no tanto a aquellas que se reportaron en los países vecinos. Ello, debería considerarse normal en una cultura globalizada como la nuestra, pero nos hace pensar, que debemos proponernos seriamente fortalecer nuestras capacidades para dar respuesta a múltiples problemáticas que pueden dejar de ser ajenas de un día para el otro.
En tal sentido, desde nuestro Laboratorio, venimos estudiando estos virus desde hace ya algunos años, porque había muy poca información en nuestro país. Concretamente, nos encontramos con un reporte de la revista Archivos de Pediatría del Uruguay, del año 1978, donde un grupo de investigadores del Hospital Pereira Rossell había estudiado un caso de un niño de Montevideo con esta enfermedad, pero pasaron más de 40 años desde entonces.
Como estos virus generalmente infectan el tracto digestivo, y se excretan en la materia fecal, desde hace algunos años desde el Laboratorio venimos estudiando las aguas residuales domésticas de distintas ciudades de Uruguay para saber si estos virus están presentes en la población uruguaya. Lo que sucedió es que veníamos viendo la presencia de los mismos en el ambiente, antes de que ocurrieran estos brotes. Es decir, les veníamos “pisando los talones”, sabíamos que en algún momento nos íbamos a topar con ellos, bastó con que se dieran determinadas condiciones para un brote, y ello ocurrió.
Además del Coxsackievirus A6, también relacionamos algunos casos con otro virus, el denominado Coxsackievirus A16, el cual es un virus muy frecuentemente asociado a esta enfermedad, por lo general a los cuadros más leves, y está bien descrito a nivel mundial, aunque con escasos reportes en la región sudamericana, y ninguno en nuestro país.
Por último detectamos un único caso, de un Coxsackievirus A10, que nos llamó bastante la atención porque si bien está documentado que aparece en menor frecuencia que los anteriores, y eso justamente lo vimos en Paysandú, es un virus emergente, al que se le está prestando mucha atención en Asia. Y además porque el Coxsackievirus A10 que detectamos en el brote de Paysandú, sería a nuestro entender, el primer caso de la “enfermedad manos-pies-boca” asociado a este virus, en las Américas (sin contar a los Estados Unidos). Lo estamos estudiando más a fondo con colegas del Polo de Genómica y Bioinformática del Cenur del Litoral Norte, porque queremos estimar desde qué parte del mundo ingresó este virus a nuestro país, algo que se puede hacer mediante programas bio-informáticos, con el fin de conocer un poco más su origen, y el historial epidemiológico que acarrea.
¿Qué consecuencias tiene la presencia de estos virus en nuestro país?
Nosotros estábamos preocupados de antemano porque si bien en el caso del Coxsackievirus A6 hay reportes a nivel mundial de casos de “enfermedad manos-pies-boca” asociados a complicaciones a nivel neurológico, ello ocurre en muy raras ocasiones. Sin embargo, hay un virus emparentado a estos otros, que se denomina Enterovirus A71, y tiene una relación mucho más fuerte con casos más severos y con complicaciones de la enfermedad. Por suerte ninguno de los casos que estudiamos está relacionado a este virus. Pero te comentaba que estábamos preocupados de antemano, porque ya hemos detectado la presencia de este virus en nuestro país, mediante el estudio de las aguas residuales domésticas. Es decir, que el virus está circulando, por ahora lo está haciendo de manera silenciosa, sin generar casos sintomáticos. Por eso es importante, que se eduque a la población, sobre todo a los más chicos, sobre prácticas de lavado de manos y que las ciudades realicen tratamiento de sus aguas residuales con el fin de remover los patógenos que estas contienen, antes de verterlas a los cursos naturales de agua, así como también es importantísimo que los centros educativos y de cuidado, ejemplo escuelas, guarderías, centros CAIFs, que presenten casos, así como los centros de salud, notifiquen los casos de “enfermedad manos-pies-boca” a los equipos de Vigilancia Epidemiológica de cada Dirección Departamental de Salud del MSP.
Nosotros este proyecto lo estamos llevando adelante con los equipos de Vigilancia Epidemiológica de Salto y Paysandú, pero estamos abiertos a estudiar los casos de la enfermedad que aparezcan en otras partes del país. Nos hemos formado para eso, tenemos el equipamiento y las metodologías necesarias en nuestro Laboratorio, y ya hemos comenzado a generar datos relevantes sobre la temática.
¿Qué significado tienen los resultados que ustedes generaron en el Laboratorio para la salud de aquellos niños que cursaron la enfermedad en Paysandú?
Nosotros obtuvimos la mayor parte de los resultados y logramos analizarlos, cuando la mayoría de los niños ya se habían recuperado y el brote estaba decayendo hasta extinguirse. Las pautas de cuidado y tratamiento para cada niño fueron dadas oportunamente por cada pediatra tratante en base al diagnóstico clínico que ellos mismos hicieron. Y gracias a ello nosotros llegamos a analizar los casos. Por lo tanto nuestros resultados no incidieron en el manejo del brote. Sin embargo, es fundamental que se conozca en Uruguay, cuáles virus causan la enfermedad, porque como decíamos anteriormente, son varios, y bien diversos entre sí. Muchas veces, hemos escuchado que un médico nos dice: “es un virus”… hoy, para muchas enfermedades, podemos saber mucho más, y no hay que ir muy lejos. En la Universidad de la República, incluyendo sus sedes del interior, hay muchísimos grupos investigando en diversas temáticas relacionadas a la salud humana, y se han logrado capacidades y potencialidades que deben ser explotadas al máximo por el sector salud de nuestro país.
Tenemos que conocer cómo fluctúa la presencia de los distintos virus en cuanto a la ocurrencia de brotes en todo el país, y por supuesto, monitorear si los virus más complicados para la salud de los más chicos, cobran un papel importante en algún momento, o si se mantienen a raya.
Algunas farmacéuticas que funcionan globalmente, están desarrollando vacunas para la enfermedad “manos-pies-boca”, focalizadas principalmente en el continente Asiático como potencial gran usuario-cliente, debido a que allí se registran millones de casos cada año. En tal sentido, generar información sobre las variantes que circulan en nuestro país, hacerlo de manera sistemática en el tiempo, y establecer un sistema de vigilancia, nos posibilitará tomar decisiones en base a evidencia científica. Por ejemplo, si un día quiere venir una farmacéutica y decirnos “te podemos ofrecer esta vacuna”, nosotros le podremos decir: “esa no me sirve, yo quiero esta otra, porque en nuestro país circulan tales y tales virus”. Hasta hace muy poquito, no lo podíamos hacer, hoy la respuesta se va encaminando.
Investigadores responsables del proyecto: Dr. Rodney Colina y Mag. Andrés Lizasoain. (Laboratorio de Virología Molecular. Departamento de Ciencias Biológicas. Centro Universitario del Litoral Norte. Universidad de la República).
Colaboradoras: Lic. Sofía Piegas y Lic. Nataly Rodríguez (Vigilancia epidemiológica MSP- Salto y Paysandú).